EL ALCALDE DE HONOR DE SALAMANCA

A los medios de comunicación españoles y a los políticos de nuestro país les gusta dar lecciones de democracia a los países de Sudamérica, especialmente dos, Argentina y Chile. Si los argentinos tuvieron que sufrir la cruel dictadura militar encabezada por Videla, los segundos padecieron el fanatismo sanguinario de Pinochet. Cada cierto tiempo vemos en la prensa o en la televisión noticias relacionadas con el asentamiento de la democracia en estos dos países, rindiendo cuentas con el pasado.
Mientras, en España cuando alguien intenta escarbar en nuestro pasado (retirada de estatuas, Ley de Memoria Histórica, etc.) siempre aparecen las típicas voces del bando de la derecha en contra de que se remueva el pasado (¿?).
Hace poco se produjo en Salamanca un hecho lamentable. El grupo popular de esta ciudad rechazó la propuesta del grupo Socialista de retirar a Francisco Franco el título de "alcalde de honor a perpetuidad", concedido en 1964. "Nadie debe buscar adhesiones ni nostalgias donde no las hay", justificó el portavoz popular en el Ayuntamiento de Salamanca para explicar su oposición a la propuesta del PSOE de retirar la Medalla de Oro de la ciudad concecida a Francisco Franco.
¿Se imagina alguien una ciudad alemana o italiana que tuviera como alcalde honor a Hitler o a Mussolini? Dejemos de dar lecciones a otros países y empecemos a rendir cuentas con nuestro pasado.