EL PAIS SEMANAL

En los últimos meses el diario de Pedro Jota no para de vanagloriarse con que dentro de muy poco el mundo será la publicación diaria más leída en España. Lo cierto, mal que le pese a este personaje, es que el periódico con más difusión (si exceptuamos los gratuitos y la prensa deportiva) es el pais. No voy a hacer de fiscal defensor del periódico de Polanco porque tiene unos cuantos defectos (demasiado seguidismo al PSOE), pero el que ha introducido la prensa amarilla y sensacionalista en nuestro país ha sido el rotativo de P.J.
Cuando uno se da cuenta de la diferencia abismal que separa a ambas publicaciones es en los domingos y, sobre todo, en sus suplementos. Si hay un suplemento interesante, con buenos reportajes, excelentes fotos, buenas firmas, éste es el País Semanal(EPS).
Este domingo, luego diré por qué, lo que más me gustó fueron sus cartas al director, pero hubo una serie de reportajes que recomiendo su lectura:
1-El salto hacia delante que están dando las mujeres en la India en mundos tan diversos como el empresarial, el político,el académico, etc.
2-Un excelente reportaje sobre el problema que hay en España con el tema de los ruidos,que termina con un artículo de Javier Marías que recomindo leer.
3-Entrevista con el fiscal general de la Corte Penal Internacional. Es el sheriff del mundo, tal como lo define el EPS.
4-El para mí mejor articulista de este país: Javier Marías. Esta semana su escrito estaba dedicado a las pésimas condiciones que tienen los traductores en nuestro país. La verdad que una de las carreras que me hubiera gustado estudiar es la de Traducción pero después de leer lo que dice se me han quitado las ganas.

Pero decía que esta semana, con diferencia, la sección que más me ha gustado ha sido la de las cartas de los lectores...
Si a finales del 2005 el país nos informaba de la existencia de una nueva clase social en España: la de los mileuristas, el EPS incluía hace dos semanas un reportaje de gente (casi toda ella muy cualificada) cuyo salario no superaba la irrisoria cifra de los 1000 euros. Recomiendo a todo el mundo que lo lea porque, entre otras cosas, puedes saber que hay tiendas que ofrecen un 20% de descuento si los compradores demuestran que su sueldo no supera las 166.000 pesetas.
Esta semana EPS ha dedicado la mitad de las 3 páginas que suele ceder a los lectores a gente que opinaba sobre este reportaje, y me ha llamado la atención dos de estas cartas, que a continuación reproduzco.

En el artículo ¡Ojalá ganara 1.000 euros! se cuentan los casos de ocho personas (licenciados, diplomados, doctores...) que sueñan con llegar a ganar dicha cantidad al mes. Que tal cantidad de conocimientos, de esfuerzos y de ilusiones puedan despreciarse mientras vividores que nada aportan al bien común se forran por actividades que dan vergüenza ajena es una de las perversiones del capitalismo triunfante. Que tan evidente situación no choque a casi nadie, que nadie proteste, es un síntoma de la flacidez de nuestra moral y de lo enteco de nuestros ideales, y de que nuestros sindicalistas y políticos, incapaces de corregir nada, vivan sumidos en la inopia de las estadísticas, anestesiados por la bonanza económia que nos permite explotar a unos cuantos millones de desheredados del mudo entero a mayor gloria del capital.

Hubo un lector, inmigrante, que veía el reportaje en el sentido opuesto al que lo vi yo, y la verdad que a lo mejor tenía razón...

Al terminar de leer la nota sentí vergüenza ajena de los casos que cuentan que ganan menos de 1.000 euros al mes. Resulta extraño que, siendo yo un inmigrante, no conozca, entre los muchos inmigrantes conocidos que tengo aquí, ni uno solo que gane menos de 1.000 euros: unos, pintando (1.200 euros aproximadamente); otra, administrativa en un hotel (1.250 euros); otros en hoteles de piscineros (1.250 euros); otra, en una óptica (1.100 euros), otra de camarera en un hotel (1.100 euros más bote), y así muchos más.
Es extraño leer que siete de los ocho ejemplos sean españoles. ¿Cómo es posible que habiendo nacido en España, con todas las ventajas de haberlo hecho en una tierra de prosperidad, seguridad, paz, desarrollo, Estado de bienestar tengan todos una nómina menos de 1.000 euros y los inmigrantes que conozco ganen todos más que eso? La única razón que se me viene a la mente es la diferencia de actitud de unos y otros; la misma realidad es vista de distinta manera por unos y otros: los inmigrantes venimos siempre de lugares más hostiles, subdesarrollados, pobres, inseguros, injustos..., y al llegar aquí sólo vemos posibilidades, muchas, miles de posibilidades, pero para lograrlas hay que esforzarse, tanto como lo hacían los gallegos, asturianos y demás españoles que llegaban a Buenos Aires en el siglo XIX e inicios del XX, mientras que los jóvenes españoles son hijos de una sociedad satisfecha, hijos colmados de posibilidades desde la cuna, y al llegar la hora de la verdad, la de crecer y buscarse la vida, no saben cómo. Como alguna vez nos dijo Ortega y Gasset en una visita a Argentina, "argentinos, a las cosas", refiriéndose a las charlas y debates eternos y sin sentido de los argentinos. Bien les podría decir yo ahora a los jóvenes españoles: a las cosas...

¿Cuál de las dos cartas tiene más razón?

PD. Me pregunto si alguien habrá leído esta post tan largo....